Estimados lectores el artículo de hoy es sobre el problema de contaminación por microplástico que tenemos a nivel mundial, sus efectos en nuestra salud y de que manera podemos contribuir a disminuirlo.
Los microplásticos (pequeños fragmentos de plástico de entre 5mm y 1um, Figura 1), se encuentran esparcidos en nuestro planeta, y tanto algunos alimentos que comemos como el aire que respiramos los contienen (ref. 1,2). Debido a que no solo el aire, sino el agua y la tierra están contaminados, éstas partículas sintéticas pueden llegar a afectar nuestra salud (ref. 1).
Los microplásticos que llegan a nuestra mesa provienen de fibras sintéticas en nuestra ropa, del polvo producido por las llantas de carros, de las pinturas, y de partículas de plásticos producidas cuando objetos plásticos grandes se rompen (ref.4). Así mismo, es posible ingerir alimentos como peces y mejillones con microplásticos (ref.8). Estudios en el mar del norte han encontrado que el 68% de trucha marrón (Salmo trutta) de la costa oeste de Suecia tiene microplásticos, y que las concentraciones de microplásticos encontradas en mejillones fueron aproximadamente cien veces mas altas de las encontradas en sedimentos y muestras de agua en la misma localidad (ref.8). Aunque la mayoría de estudios con microplásticos provienen de ambientes acuáticos, se considera que la contaminación terrestre puede ser mayor debido al uso extensivo de láminas de plástico para agricultura y de partículas de plásticos provenientes de la industria (ref.7).
La producción mundial de plástico en el 2016 fue de 335 millones de toneladas, de los cuales 27 millones de toneladas son desechos por reciclaje y plástico que se queman o van a basureros. Se estima que un 10% de los plásticos producidos a nivel mundial entran al océano anualmente (ref.9). Los residuos de plástico comienzan como objetos de plásticos de tamaño grande (mayor a 5mm) y son llamados macroplástico (botellas, zapatos, encendedores, etc..) que a largo plazo se descomponen y se convierte en partículas de microplástico (entre 5mm y 1 um) y nanoplásticos (menor a 1 um), (ref.9). También hay microplásticos que son incluidos directamente en productos de aseo y belleza como productos para la piel, crema de dientes y limpiadores faciales. Estos microplásticos que pueden ser liberados directamente al ambiente se les llaman microplásticos primarios (ref.7). Mientras que los microplásticos que provienen de plásticos más grandes y que son el resultado de fragmentación física, química o biológica se consideran microplásticos secundarios (ref.7).
Mientras nuestros ancestros crecieron utilizando utensilios de fibras naturales como canastos, ropa de algodón, vasos hechos de semillas y arcilla, la generación de nuestros abuelos, padres y la nuestra fueron introducidos al uso de plásticos. Usamos plásticos para vestirnos, guardar alimentos, movilizarnos (automóviles) y jugar (muñecos, legos, robots). La introducción del plástico por humanos en la vida cotidiana incrementó drásticamente desde 1907 cuando Leo Baekeland creó la baquelita, el primer plástico sintético fabricado en serie, y en los años 1930s cuando se hizo la primera síntesis industrial de polietileno y se inventó el nylon. Desde entonces, comemos en plásticos, tomamos agua de plásticos, escribimos con artículos hechos de plástico y nuestros computadores y teléfonos contienen plástico. En general vivimos en un mundo de plástico.
Las decisiones de las generaciones pasadas, buenas o malas lo introdujeron, nos dieron la oportunidad de un desarrollo diferente que nos han permitido avanzar tecnológicamente, y crear objetos antes ni siquiera imaginados. Sin embargo, no previeron que nuestro planeta se iba a inundar de plásticos. La cantidad de plástico producida, su degradación, y su efecto e impacto en el ambiente no fue considerado en el momento de su introducción a la humanidad. Así como no fue considerada la posibilidad de que pequeñas partículas de plásticos podrían entrar a nuestro cuerpo y enfermarnos. El plástico fue introducido para facilitar la vida cotidiana, en una época en la que hablar de impacto ambiental era algo “hippie”, extraño, cuando la mayoría de la población humana consideraba que el ambiente era para usarlo y explotarlo por que nunca se iba a acabar. Hoy las nuevas generaciones crecen en un planeta donde se sabe que los recursos ambientales se están deteriorando y son conscientes de que hay que proteger el ambiente para garantizar nuestra salud.
La mejor manera de evitar que los microplásticos afecten nuestra salud, es disminuyendo el consumo de estos materiales sintéticos. Reduce el número de botellas, utensilios, cajas y bolsas plásticas en tu hogar, utiliza productos para el aseo y cuidado de la piel que sean naturales y que no contengan partículas de plástico (como las bolitas plásticas exfoliantes). Al mismo tiempo, si tu interés es tecnológico, piensa en formas en que se pueda reciclar el plástico sin que se dispersen microplásticos al ambiente, o de generar pinturas, textiles, lavadoras y llantas que no sean de plástico y que no permitan la dispersión de plásticos o productos que puedan llegar a enfermarnos, pero que a su vez tengan la misma funcionalidad.
1 Wright, S. L. & Kelly, F. J. Plastic and human health: a micro issue? Environmental science & technology 51, 6634-6647 (2017).
2 Correia Prata, J. Airborne microplastics: consequences to human health? Environmental Pollution 234, 115-126 (2018).
3 Dris, R. et al. Microplastic contamination in an urban area: a case study in Greater Paris. Environmental Chemistry 12, 592-599 (2015).
4 Boucher, J. & Friot, D. Primary microplastics in the oceans: a global evaluation of sources. (IUCN Gland, Switzerland, 2017).
5 Schwabl, P. et al. Detection of Various Microplastics in Human Stool: A Prospective Case Series. Annals of internal medicine (2019).
6 Van Cauwenberghe, L. & Janssen, C. R. Microplastics in bivalves cultured for human consumption. Environmental pollution 193, 65-70 (2014).
7 Lu, L. et al. Interaction between microplastics and microorganism as well as gut microbiota: A consideration on environmental animal and human health. Science of The Total Environment (2019).
8 Karlsson, T. M. et al. Screening for microplastics in sediment, water, marine invertebrates and fish: method development and microplastic accumulation. Marine pollution bulletin 122, 403-408 (2017).
9 Allen, S. et al. Atmospheric transport and deposition of microplastics in a remote mountain catchment. Nature Geoscience 12, 339 (2019).